Por: El Perrito de Víctor
Hace algún tiempo el Can escuchaba al doctor Fanatik, (creador de conceptos tan alocados como “Manola elegante”, “Dos fotos y tu acta de nacimiento” o “La sociedad de las sirvientas puercas”) lamentar el conservadurismo de los mexicanos, principalmente en cuanto a gusto musical.
Señalaba el buen doc que sólo en un país como México se podía eternizar la preferencia por ritmos como el ska. El Can no puede no concederle la razón cuando lo escucha recordar que en nuestro país, incluso en los años ochenta, había programas de radio dedicados a los Creedence o a los Beatles, cuando dichas bandas se habían desintegrado una década antes.
Y es que en el resto del mundo, periódicamente se dan fuertes sacudidas en el ámbito musical. Así la música disco desplazó a las agrupaciones con tendencias hippies, y a ésta la sacó de escena el movimiento de grupos de hard rock glamoroso a quienes a su vez les siguió esa ola de nuevo punk llamado grounge.
En el México renuente a los cambios, estos también se dan, pero digamos que de manera gradual, menos contundentes.
A principios de los años ochenta la escena de la música popular, léase a nivel masivo, estaba dominada por azucarados baladistas abundantemente promovidos en los programas de Televisa y en especial los de Raúl Velasco.
Fue en este ambiente donde hizo su aparición una agrupación española con un producto musical innovador llamado en aquel entonces “techno-pop”. Sí, el Can ladrará en esta ocasión de Mecano.
El trio estaba integrado por los talentosos hermanos Ignacio y José María Cano y la cantante Ana Torroja. No recuerda el perrucho desmemoriado cuál fue la primera canción de ellos que escuchó, pero debió ser “Hoy no me puedo levantar” o “Maquillaje”, material fresco para un tiempo en que parecía que nada pasaba.
Debe haber sido en el área de discos de la tienda Del Sol o en Woolword, donde el Can se topó con el primer disco de Mecano, llamado simplemente así, como ellos.
El acetato trae el sello Okeh y está conformado por doce temas, nueve de los cuales son autoría de Ignacio, uno más fue compuesto por los dos hermanos y los dos restantes son de José María. Una cosa quedaba claro desde esta primera grabación: Nacho era el de las letras divertidas y José María la parte “seria” del proyecto.
Por demás estaría decir que en el disco abundan los sonidos de teclados, sintetizadores y cajas de ritmos. De vez en cuando se oye, lejano, el sonido de una guitarra.
Toda la funda, la parte frontal y la posterior, son en blanco y negro. La portada es la caratula de un reloj marca “Mecano”, con estilo neoclásico. Las manecillas marcan las diez con diez y corona el logo del grupo unas ramas de olivo.
La parte posterior no es menos austera: dividida en dos secciones, la de la izquierda muestra una escultura de mármol blanco frente a una columna del mismo material. En el extremo derecho, sobre un fondo blanco aparece nuevamente el nombre del grupo y abajo la lista de canciones, el autor de la misma y el tiempo de duración.
Comienza el lado A con “Hoy no me puedo levantar”, canción digna para la mañana siguiente a una salida al antro.
Hoy no me puedo levantar
el fin de semana me dejó fatal.
Toda la noche sin dormir
bebiendo, fumando y sin parar de reír.
Hoy no me puedo levantar
nada me puede hacer andar.
No sé qué es lo que voy a hacer
me duelen las piernas, me duelen los brazos
me duelen los ojos, me duelen las manos.
Hoy no me puedo concentrar
tengo la cabeza para reventar
es la resaca del champán
burbujas que suben y después se van.
Hoy no me levanto estoy que no ando
hoy me quedo en casa guardando la cama
hoy de ir al trabajo, no me da la gana.
Me duelen las piernas, me duelen los brazos
me duelen los ojos, me duelen las manos.
La siguiente canción es “No me enseñen la lección”, cándida canción, inmejorable en la voz de Ana. Dulces frases propias de lo que era Mecano en aquel entonces: una agrupación 100 por ciento juvenil.
No te aburras más
cierra el libro ya
toda la lección
puede ser mortal
Entra el profesor
te va a preguntar
viene hacia ti
tu vas a estallar.
Y gritas
no no no,
no me enseñen la lección
no no no,
no me enseñen la lección
no no no,
no me enseñen la lección
que no tengo ganas de aprenderlo todo
no no no,
no me enseñen la lección
que no tengo ganas de aprenderlo todo.
Tu quieres viajar
en algún avión
tu quieres soñar
con algo mejor.
El clan familiar
está contra ti
ellos ven que tu
no eres muy normal.
Sigue “Perdido en mi habitación” y “Cenando en Paris”, piezas que dan lugar a “Maquillaje”, rola que se convertiría en una clásica de la agrupación.
No me mires, no me mires (no me no me)
no me mires no me mires déjalo ya
que hoy no me he puesto maquillaje (jey jey)
y mi aspecto externo es demasiado vulgar
para que te pueda gustar.
No me mires, no me mires (no me no me)
no me mires no me mires déjalo ya
que hoy no me he peinado a la moda (da da)
y tengo una imagen demasiado normal
para que te pueda gustar.
Uh uh uh
Sombra aquí, sombra allá
Maquíllate, maquíllate
un espejo de cristal
y mírate y mírate…
Termina el lado A con “Boda en Londres”, pieza instrumental en la que los hermanos Cano muestran parte de su enorme talento.
La primera canción del lado B es “Me colé en una fiesta”. Otra canción de corte juvenil, que narra la aventura de meterse en un festejo sin estar invitado y hacer todo lo posible por ligar a la anfitriona.
Sigue “La máquina de vapor” y la dramática “Me voy de casa”.
Todas sus maletas las hizo en un momento
cuando las cerraba tuvo una sensación
ya nada podía retenerlo más tiempo
no dudó en irse a pie a la estación.
Ya no puedo más quiero
irme lejos de aquí
fuera de mi casa quiero
salir pronto de aquí
vivir con amigos quiero
irme de compras y
acostarme tarde quiero
vivir tranquilo y
salir con las chicas quiero
vestir de rosa y gris
tocar la guitarra quiero
montar en moto y
jugar a los dados quiero
ir por la calles y
sentirme libre.
Un grito de libertad muy propio de la juventud de todos los tiempos.
De José María es la siguiente “254,13,26”. Letra más elaborada y sentida, muy de acuerdo al estilo del compositor.
Viene “El fin del mundo” y la ingeniosa, aunque no frívola, “Sólo soy una persona”.
Mecano muestra en este su primer álbum su gran talento que no hacía dudar que llegarían muy, muy lejos, tal como lo hicieron.