Por: El Perrito de Víctor

Debe haber sido en Conecte o en La Banda Rockera donde el Can supo por primera vez de este grupo. La redacción de la entrevista era impecable, enganchaba al lector desde el primer renglón.

Narraba el reportero su encuentro con los integrantes del grupo. Estaban afuera de la casa donde ensayaban en el sur de la Ciudad de México y él simplemente se les unió. Probablemente ¡Cha! o Gabriel referían que para ellos era peor que te robaran algo a que te dieran una golpiza, porque cuando te peleas —aunque pierdas— puedes darle unos cuantos golpes a tu enemigo y en un robo no.

Destacaba el reportero el aire despreocupado de los integrantes de la nueva agrupación y tan nueva resultaba que ni siquiera tenían un disco grabado, sólo contaban con un demo con el que se estaban dando a conocer en las estaciones de radio de la capital.

En la entrevista, los integrantes de Fobia hablaban sobre economía y decían que cuando empiezas a ganar algún dinero, lo que antes resultaba “una necedad”, se te transformaba en una “necesidad”.

El Can pensó entonces que se trataba de un grupo de tipos listos y que quería su demo para oírlos…y lo consiguió.

Quién sabe cuántas horas habrá esperado frente a su grabadora con la casetera en pause, pero con los botones de play y record oprimidas. El chiste es que captó, en cuanto lo transmitieron, el material integro. La estación debe haber sido de la Ciudad de México, pero se le escapa al cerebro canino el detalle tan preciso de cuál exactamente era.

Lo importante es que la grabación contenía esencialmente las canciones que la agrupación incluiría en su primera grabación de nivel profesional con BMG Ariola y que lleva por nombre simplemente Fobia.

Obviamente el Can redactor debe haber sido uno de los primeros compradores de tal grabación y tuvo tanto éxito entre los integrante de su jauría que se perdió…bueno, no se perdió, simplemente cambió de dueño en una de frecuentes francachelas.

Lo cierto es que la copia de la grabación que hasta ahora tiene el Can es un disco compacto de una edición posterior y la cual salió exactamente igual que la original.

Aunque se les llegó a conocer en un principio como “los caifanitos” por la supuesta similitud de su estilo con el de la banda comandada por Saúl Hernández & Co., lo cierto es que en la música de Fobia hay más colorido, desfachatez y alegría. En una palabra: vida. Todo ello queda registrado en este primer disco.

Lo que de inmediato le llamo la atención al Can fue el detalle de que la grabación no cesa entre canción y canción sino que es una continuación que sólo se interrumpía para finalizar el lado del casete. Obviamente en el disco compacto no se requiere ese corte, pero lo contiene.

La alegría mencionada se refleja desde la caratula del disco. Lo que iba a ser un fondo negro se encuentra colmado por las fotos de los integrantes de la banda. De izquierda a derecha y de arriba abajo, aparecen Paco, guitarra; Iñaki, teclados y coros; ¡Cha!, bajo y coros; Gabriel, batería; y abajo a la derecha Leonardo, guitarra acústica, armónica y voz.

Sobre las fotos aparecen en vivos colores algunos rayones infantiles y dibujitos de colores. La característica se repite en la parte posterior de la caja. Se informa ahí que el disco fue dirigido y producido por Oscar López.

Prácticamente todas las letras de las canciones de este primer disco son de Paco Huidobro y en la música participan los demás integrantes del grupo.

Sabría el Can, por entrevistas posteriores, que Paco reconoce fuertes influencias de Cri-Cri en su música (por lo menos en la de aquella su primera etapa). Más aún, Iñaki explicaría alguna vez, que básicamente lo que hace (o hacía) en Fobia son ruiditos incidentales que sirven para ambientar las letras de Paco, muy a la manera de las grabaciones de don Francisco Gabilondo Soler.

Abre el disco con “Los muñecos”, una canción que podría hasta atemorizar a algún escucha descuidado.

Los muñecos despertaron

para bajar a jugar

planeando cosas perversas

para a Raquel asustar.

Raquel no seas tan juiciosa

poco te puede pasar

desde la cuna te vimos

empezar a caminar.

Bajen las cortinas

de la habitación

vamos a meternos

en su camisón.

Vamos a cantarle

su canción de cuna

que siga soñando

que aquí está segura.

Lo mencionado. Podría ser una canción de Cri-Cri si no fuera por ese aire terrorífico que le imprimen los ruiditos de fondo como risas y gritos infantiles, además de un sonido de organito aterrador.

Sigue “Dios bendiga a los gusanos”. Para el Can una de las mejores canciones del disco y de Paco Huidobro en general.

Dios bendiga a los gusanos

que se han de comer mis ojos

que me limpiarán las muelas

cuando ya no puede hablarte.

Dios bendiga a los gusanos

que sabrán lo que yo siento

porque me verán por dentro

y verán mi corazón.

Me cantarán cuando

me sienta triste

y se reirán cuando

les cuente un chiste.

Humor negro del mejor que no cesa sino que tiene una cierta continuidad en la siguiente canción: “Moscas”.

El otro día me dijeron

que las excitaba,

que revolcarse por mi cuerpo

las alborotaba.

Van a bajar por mi

y me quieren llevar

a no sé qué lugar

muy lejos ya de aquí.

Y voy a encadenar mi cama

para que no me pase nada

si me tiro por la ventana

quizás me lleven en pomada.

Como se puede apreciar, las letras mantienen el tono, y lo mismo sucede con la música por lo que todo el álbum resulta en una unidad muy coherente y sólida.

La siguiente canción es “El cumpleaños” la cual, según refieren los músicos, surgió del hartazgo que generan en la infancia este tipo de celebraciones. Señala ¡Cha! que muchas veces tu mamá invitaba a sus amigas para que llevaran a sus hijos con los que no te llevabas nada bien porque sólo iban a destruir tus cosas, incluso las que te acababan de regalar.

Dime dónde escondiste tu pastel,

y nos lo comemos todo, ¿si?

Vamos a ponerle unas velitas,

y vamos a cantar las mañanitas.

De saber que vendrías

te tendría un pastel.

De saber que vendrías

te tendría un pastel.

Date prisa y abre tus regalos,

y déjame jugar con ellos, ¿si? ¡Si!

Hay carritos y un niño que llora,

pues rompió sus juguetitos.

La canción tiene un aire infantil total, que se refleja desde la interpretación de tono aniñado que se refuerza con los coros en tono de burla.

“Corazón de caracol” es el primer tema oscuro del disco y explicaría el porque de la comparación con Caifanes de su primera etapa.

Ay yo no sé de cuándo acá

me he vuelto un poco torpe

ya no puedo escapar dentro de ti.

No me dan permiso de salir

a caminar contigo

de bañarme en el rocío

de tu jardín.

Me he vuelto un caracol

en un caparazón

pegado en un oscuro muro

de tu corazón.

Me he vuelto un animal

con el alma en espiral

me está brotando

más saliva que antes

ya no soy normal.

Cabe apuntar que aquí la presencia de los teclados es fundamental y le imprime a la canción un cierto aire depresivo que se corta de tajo con el siguiente tema que es “La iguana”.

Me compraré

hoy una iguana

para que me hable

más de ti

para matarla el día

que no me haga reír.

Voy a meterla

en una jaula

para que pueda

controlarte

y así no puedas

escaparte.

Para que nunca

me digas que no

Para que nunca

me digas que no

Para que nunca

me digas que no

Para que nunca

me digas que no.

No le hagan mucho caso al Perro desinformado, pero por ahí escuchó el redactor que en la época en que Paco escribió este tema leía a Carlos Castaneda y por ello las “claras referencias” a sus primeros libros.

Viene “Pudriendo”, el que tal vez sea el tema más deprimente del disco. Vea si no.

En una obscura noche

pensó que el mundo

se acababa

Que el tiempo

ya no pasaría

y que su alma

se gastaba.

Se está pudriendo

y se está pudriendo más.

Desde hace un rato

que se escurre y no

se secara jamás,

solo espera que

lo lleven a enterrar.

Feliz está

porque se va

En su obscura noche

salió a la calle

a buscarla

y al ver que no

pudo encontrarla

dejó su alma

a la noche.

De entrada llama la atención su tono narrativo y la anécdota macabra. ¿Un cadáver feliz porque se va? Sólo alguien muy ingenioso como Paco Huidobro podría haberlo planteado…y logrado finalmente.

El tono se mantiene en “Puedo rascarme solo”. Más depresión, más tono de reproche. ¿Quién es el narrador?, ¿quién es el destinatario de esta letra?

Deje mi sangre en ti

deje mi vida en un rincón

¡Ay! para ver si así

bajabas.

Deje mi mugre en ti

trocitos de mi polución

¡ay! para ver si así

tenía una solución.

Y no lo puedo evitar

me estoy secando

poco a poco.

Y no lo puedo cambiar

me estas comiendo vivo.

Romperé el cielo para ti

y acabare con Dios

¡ay! para ver si así

me alabas.

Puedo rascarme solo,

puedo enterrarme solo.

Puedo abrazarme solo,

y acabarme.

Pero Fobia no podía permanecer mucho tiempo en ese tono de seriedad sepulcral y este se rompe con la canción que tal vez sea una de las más famosas del grupo. “El microbito”.

El álbum no podía cerrar de mejor manera. El tema final es “El crucifijo”. La letra es de una belleza innegable… de amor en espera.

Yo soy solo una piedra

clavada entre la tierra

soñando con que escarbes

y alguna vez me veas.

No soy más que la sombra

del polvo sobre el suelo

el ojo de la hormiga

que se cerró de suelo.

Una y otra vez

sácame de entre la tierra

llévame hasta donde estas,

donde nadie nos detenga.

Yo soy esa palabra

que tu jamás dijiste

que se quedó guardada

que se quedó tan triste.

Yo soy el crucifijo

al fondo de tu iglesia

al cual ya no visitas

al cual ya no le rezas.    

Lo dicho. Un álbum muy bien concebido y mejor logrado, tal como suelen ser los primeros discos de los grupos verdaderamente talentosos.

El Can redactor no lo podía creer, pero hace tan solo unas cuantas semanas, los integrantes de Fobia anunciaron que en este 2017, que está por terminar, cumplieron 30 años de carrera.

Aunque la banda no ha estado muy activa últimamente se espera con ansia su posible regreso. Después de todo siempre han sido buenas sus reapariciones.

Todo el disco (o casi) en: https://bit.ly/3vaYmi3.