El Perrito de Víctor Opinión

Soundtrack 18. El Ansia por los programas musicales

Por: El Perrito de Víctor

El Can redactor tiene la ahora calificada como “añeja costumbre” de escuchar programas de radio hablados. Cada que puede, sintoniza a través de las ondas hertzianas o más bien de la web, los programas de Javier Poza, René Franco y hasta el de Maxine Woodside.

Hace ya algún tiempo y precisamente en el último de los espacios referidos, el despistado canino se enteró —con gran sorpresa y azoro— que se terminaba el programa nocturno de televisión de Jorge “El Coque” Muñiz. (Bueno, para ser sinceros, la sorpresa fue doble porque el redactor también se enteró en ese momento que el cantante tenía un programa de televisión).

Algo de lo que dijo el heredero de la dinastía musical hizo reflexionar al columnista (já): ya no hay, dentro de la televisión abierta, ni en la de paga, espacios para que se den a conocer los nuevos valores musicales o para que los consagrados promuevan y difundan de manera masiva sus nuevas producciones.

A la memoria perruna de quien esto escribe llegó el recuerdo de los diferentes espacios nocturnos, que tuvo en por lo menos tres temporadas, la talentosa Verónica Castro. ¿Cómo olvidar las tremendas desveladas que se puso la sufrida población nacional los días en que la chaparrita tuvo como invitados a Vicente Fernández o al desaparecido “Divo de Juárez”, Juan Gabriel?

Muchas menos personas recordarán que la cantante venezolana María Conchita Alonso tuvo un programa de entrevistas con invitados musicales pero que sólo se transmitía los domingos, al finalizar la jornada de asueto. La mencionada emisión, llamada “Picante”, pasaba a través de Canal 13 de Televisión Azteca.

Eran otros tiempos y la competencia entre las dos televisoras nacionales era a muerte. Por ello, era imposible que algún artista consagrado o con ganas de consagrarse aceptara ir a las instalaciones de la televisora del Ajusco.

Lo que parecía una desventaja infranqueable al principio, se convirtió en una ventana de oportunidad para productores y conductores con talento y entre ellos estaba la propia cantante y conductora.

“Picante” se constituyó en una verdadera ventaba alternativa desde donde se pudieron dar a conocer propuestas musicales que muy difícilmente hubieran tenido alguna oportunidad en los programas de Televisa, y su muy exigente filtro de “galanura”.

El Can conoció a través de este programa musical propuestas tan interesantes como la del grupo de reggae “Chalice”; a la alocada banda de rock “La Castañeda”, a los galanes muñecazos de “Tex Tex” y también a la propuesta grupal de quien ladrará en esta ocasión: Ansia.

En la presente entrega, el perrucho roerá el primer disco de la agrupación de Ciudad Satélite (si mal no recuerda el Can), llamada simplemente así: Ansia.

¿A qué sonaba este grupo? No se parecía en nada al Tri y tampoco sonaba a Caifanes. No estaba emparentado en nada con la Maldita y mucho menos con Café Tacvba.

Ansia ofrecía algo novedoso: una especie de heavy metal con intelectuales letras.

Grabado para el subsello Rockotitlán de Warner, Ansia (el disco) abre con “Sin censura”, poderosa canción cuya letra reza así:

Hay un sentido de atracción,

existe más que una reacción.

Entre dos cuerpos que se juntan,

son sólo sombras que se ocultan.

Contra-ritmos, movimientos,

decadentes contratiempos.

Auspiciaste mi lujuria,

ahora dispones la censura.

Sólo suspiro desde lejos,

al voltear a esa ventana.

Sólo imagino en mi locura,

a esa mujer que se desnuda.

Sólo grita, sólo aprieta,

sin censura tu figura.

Sólo grita, sólo aprieta,

sin censura tu figura.

Un callejón a media luz,

y un farol que te refleja.

Llenas de ropa aquel baúl,

cuando descubres tu silueta.

Viene enseguida “Safari sobre tu piel” y “A través de ti”, piezas que dan lugar a “Pon tus manos en el aire”, de cuya letra va enseguida una probadita:

¿Has visto volar a un pájaro?

¿Has contado de noche las estrellas?

¿Has querido pasar a través de los espejos

sin poderlo lograr?

¡Oh!

Pon tus manos en el aire

¡ponte a girar!

¿Has volado sobre un pájaro?

¿Has visto de día las estrellas?

¿Has podido caminar a través de los espejos

y acariciar tu imagen?

Letra de claras referencias literarias que revelaban que Ansia, no era un grupo de simples improvisados. Cierra el lado “A” con “Guerra fría”.

Del lado “B” la primera canción es “Linda (déjame leerte en Braille)” de cuya letra se transcribe lo siguiente:

En las olas de este baile

unas faldas me provocan.

Mira yo no soy un fraile

y tu brincas como loca.

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Te imagino como un cuento

y mis manos son los ojos

que se pierden en paisajes

mágicos, libidinosos.

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Todos esos recovecos

yo quiero conocerlos

permite a este humilde ciego

ver la luz de tus misterios.

Linda

Linda

Linda

Linda, déjame leerte en Braille

Linda, déjame leerte en Braille

Le sigue “Laura Feroz” y la insuperable “Inversión Térmica”, larguísima canción que se divide en dos actos: “Decepción” y “Resignación”. De la letra se extraen los siguientes fragmentos:

Yo te amé, te amo igual,

que contradicción fatal.

No hablas, no tomas partido

pisoteas nuestro cupido.

Cuando la pasión domina,

muere, ciega, contamina.

¿Debo pedirte perdón

o le hago caso a la razón?

No soy ningún adivino,

anda muéstrame el camino.

Eso del primer acto, y del segundo se reproduce lo siguiente:

Me evado en el autobús,

te buscó en Kerouac y en Camus.

Niebla inmunda me rodea

que me irrita y me marea.

Las once y no se levanta

la inversión térmica aguanta…

Cierra el lado B con “Dime noche”, canción que sin duda Ricardo Lassala, compositor de las letras, escribió para su hijo o hija y “Violeta”, una muy seria y profunda reflexión sobre la masculinidad y la paternidad.

Un rasgo a destacar de este primer álbum de “Ansia” es la calidad interpretativa de los integrantes del grupo y quienes eran entonces, Rogelio Gómez en la guitarra, sintetizador y coros; Ricardo Lassala, voz; Alejandro Palet, batería y José Luis Barreda en el bajo.

Muerte en el grupo

Al redactar la presente columna el Can trató de averiguar qué había sido de la talentosa agrupación y así se enteró con tristeza que en 2014, a la edad de 48 años, falleció el guitarrista y productor Rogelio Gómez, pieza clave en la formación e historia de Ansia.

De portal “Tijuaneo” se toman los siguientes datos del talentoso músico los cuales fueron redactados por Octavio Hernández. “Rogelio Gómez gozó de una amplia carrera como músico, productor y director musical en su estudio de Black Stone Records. Estudió en la Universidad Iberoamericana y se especializó en el rock y el pop. Con Ansia estuvo en el festival South by Southwest en Austin en el 93. Al año siguiente giraron por Suiza, Holanda y España como teloneros de Paradise Lost. En 1995 le abrieron a Bon Jovi en el Palacio de los Deportes, años más tarde tiraron la toalla y volvieron fugazmente en el Vive Latino de 2011 ante la emoción popular del gentío que se aglomera ahí.

En los ochentas creó, además del concepto singular e inconfundible de Ansia, el de bandas de grueso calibre como Hocico que es bien conocido en USA y Europa y Exquisito. Ya en el nuevo milenio, profesionalmente participó en una docena de discos del reality La Academia, además de colaborar como productor con figuras como Yahir, Raúl Sandoval, Colette, Carlos Rivera y Belinda, además de los soundtracks de la cinta Zapata y la telenovela Amor en Custodia. Con Belinda participó en el álbum “Carpe Diem” y fue fundamental para que la ninfa encontrara la brújula y al fin realizara algo digno de poder escucharse”.

Como se podrá suponer ya no habrá más Ansia.

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