Por: El Perrito de Víctor
Un buen lector de los ladridos del Can, pero mejor fan del grupo español Mecano hizo llegar algunos comentarios al redactor sobre la entrega anterior y en la cual se plantearon —precisamente— algunas opiniones sobre el primer disco del talentoso trío.
Considera el lector que con una sola columna no bastaba para abarcar toda la genialidad de los hermanos Cano y sobre todo, el increíble talento de Ana Torroja, afirmación con la que el Can está más que de acuerdo.
Se atreve a decir el lector que de hecho, el disco reseñado por el Perro columnista es más bien “malito” y cita como prueba de su afirmación que en su canción “El unos, el dos, el tres”, los mismos Cano califican como una “chorrada” la de “Hoy no me puedo levantar”.
Con bastantes calles por deambular y árboles que regar, el Canino no tuvo oportunidad de explicarle al lector que tal afirmación no es más que un recurso discursivo con el que una persona sobaja su propia obra para que, en respuesta, sus interlocutores la ensalcen.
Pero, bueno. Lo cierto es que una sola columna no bastaba para reconocer lo grande que fue esta agrupación española en cuanto a música y letras.
Y ahí tienen que el Can se encontró de pronto en un gran dilema. Se preguntó ¿cuál podría considerarse el mejor álbum de esta agrupación? ¿Será acaso “¿Dónde está el país de las hadas?” o “Ya viene el sol”? ¿Tal vez “En Concierto” o “Entre el cielo y el suelo”? No faltará quien asegure que el mejor de todos es “Descanso dominical”.
“Aidalai” no lo menciona el Canino, porque no cree que haya quien pueda considerarlo —con seriedad— el mejor trabajo de Mecano.
Luego de una larga reflexión, el columnista concluyó que enfrascarse en una discusión sobre el tema llevaría horas y horas.
Se puede afirmar, sin embargo, que Mecano es uno de los pocos grupos que no tiene un disco malo. De cada una de sus grabaciones puede extraerse por lo menos una canción que se convirtió en clásico del pop en español.
Algunas de las piezas son verdaderas joyas musicales y constituyen salvaguardas de felices y tristes momentos. Pedacitos de oro del soundtrack de la vida.
¿Qué hacer entonces?
Recordó el Can que hace ya algún tiempo tuvo la suerte de encontrar “Mecano Grandes Éxitos” (2005 Sony BMG), un acoplado de dos CD’s y un DVD, con el que la empresa disquera, muy probablemente supuso que acomodó lo mejor, de lo mejor de la música del trío.
El disco uno comienza con, ¿adivinen?, “Hoy no me puedo levantar”, “Me colé en una fiesta” y “Maquillaje”, canciones del primer disco homónimo del grupo.
Viene después una chingonería: “Barco a Venus”. La canción es tan genial que Ana, ya como solista, la mantiene en su repertorio. Original de Nacho Cano, la letra podría pensarse como algo frívolo y trivial, pero nada tan grave como una adicción.
Dices que siempre estás viajando
pero te estás engañando
yo sé que tú estás solo
y que no sales de tu cuarto.
Las luces de la calle
te hacen daño cuando sales
porque tu mundo es otro
mucho más oscuro.
Sabes que pasas por la vida
sin salir de tu mentira
que muchos alimentan
y que crece día a día.
La mafia te persigue
y te coge la policía
te encierran y te sueltan
y todos te dicen:
¡Déjalo ya!
sabes que nunca has ido
a Venus en un barco.
Quieres flotar
pero lo único que haces
es hundirte.
Tristísima observación que pone al Perro a pensar cuántos amigos se le habrán ido a Venus, Marte o Júpiter ya no barco, sino hasta en lancha de remos.
El clima se aligera con Hawaii-Bombay que ofrece un paquete turístico para todo aquel que —como el redactor— se encuentra sin un quinto cada que llegan las temporadas vacaciones de primavera, verano e invierno.
Hawaii-Bombay
son dos paraísos
que a veces yo
me monto en mi piso.
Hawaii-Bombay
son de lo que no hay.
Hawaii-bombay
me meto en el baño,
le pongo sal
y me hago unos largos.
Para nadar
lo mejor es el mar.
La temática de las adicciones se aborda nuevamente en “Aire”, otra genialidad en la que se combinan a la perfección letra y música.
Una noche de resaca
al tratar de despertar
note que por el ombligo
me empezaba a desinflar,
que mi cuerpo se arrugaba
como un papel vegetal
e iba pasando,
¡qué curioso!,
al estado gaseoso.
Y tras la metamorfosis
me sentí mucho mejor
era un aire gris oscuro
y con bastante polución
se notaba en cualquier caso
que era aire de ciudad
que si bien no es el más sano,
lo prefiere el ser humano.
Aire,
soñé por un momento
que era aire
Aire,
oxígeno, nitrógeno y argón
sin forma definida, ni color.
Fui aire volador.
Mecano no sermonea, pero la historia no termina bien. Debieron ser días malos para los hermanos Cano. Tiempo de perder amigos y/o hasta familiares cercanos.
Sigue “Ay que pesado”, sobre la cual el Can no hará mayor comentario. (Suele brincarla cuando escucha el disco).
“Cruz de Navajas” es el himno a la más dolorosa de las traiciones. ¿Quién no recuerda al pobre Juan que se quiere hasta morir, cuando se acerca para descubrir que María tiene compañía? Y todo por matarse en el trabajo. Por eso, piensa el Perro negro y ya no tan callejero, que todo debe hacerse con medida…hasta trabajar.
La siguiente tal vez sea la canción de Mecano favorita del redactor. No pocas veces ha requerido de un pañuelo al escucharla: “Me cuesta tanto olvidarte”. Y es que…
…aunque fui yo quien decidió
que ya no más
y no me canse de jurarte
que no habrá segunda parte
me cuesta tanto olvidarte…
¡Auuu!… aúlla el animal.
Le sigue una preciosa narración. Un cuento hecho canción, aunque el redactor ha sido tan zángano que no se ha tomado el tiempo para investigar si la letra está basada en alguna narración popular o es invención misma de los Cano. En “Hijo de la Luna” se narra la triste historia de nuestro satélite natural y de su deseo insatisfecho de ser madre. Un drama gitano en el que el trato humano-ser fantástico, tiene un desenlace fatal.
“No hay marcha en Nueva York” es otro de los temas que —para el Firulaís— bien se merecen el clásico grito de “¡neeext!”, pero sólo porque viene “Los amantes”, otra letra que por su aparente simpleza resulta genial.
Yo soy uno de esos amantes
tan elegantes como los de antes
que siempre llevan guantes.
Entre semana soy deportivo
pero el domingo me pongo muy fino
con mi chaqué de lino.
Y voy buscando
por los balcones
bellas Julietas
para mis canciones
y hacerles los honores.
Y siempre estoy
rompiéndome la voz
cantando coplas
bajo tu ventana.
Amor sal ya
que este trovador
se está asando de calor.
La siguiente canción es una verdadera obra de arte. Retadora en su momento y a todas luces atrevida. “Mujer contra mujer”. Pero ¿quién detiene palomas al vuelo, volando a ras de suelo?
La siguiente canción podría ser un clásico decembrino, pero los Cano lo contextualizaron demasiado cerca.
En la puerta del sol
como el año que fue
otra vez el champagne y las uvas
y el alquitrán, de alfombra están.
Los petardos que borran sonidos de ayer
y acaloran el ánimo
para aceptar que ya, pasó uno más.
Y en el reloj de antaño
como de año en año.
Cinco minutos más
para la cuenta atrás
hacemos el balance
de lo bueno y malo
Cinco minutos más
para la cuenta atrás
Marineros, soldados, solteros, casados,
amantes, andantes y alguno que otro
cura despistao.
Entre gritos y pitos los españolitos
enormes, bajitos hacemos por una vez,
algo a la vez.
Cierra el disco uno con “Por la cara”, tema instrumental con el que Mecano muestra que no eran sólo un grupo pop más.
Al Can le gustaría ladrar sobre las canciones del siguiente CD y de los videos, pero no quiere privarse del placer de hacerlo en una nueva entrega.
No cansa el escribir de lo que agrada e incluso hay UNA canción UNA, que merece, sin duda, toda una columna en exclusiva, (que diga el fan-lector si no): “Otro muerto.”
Pero bueno eso será en otra ocasión. Por lo pronto hasta aquí les deja de quitar su tiempo el Perrucho de aguas, debe de atender La Voz del Amo.