Por: El Perrito de Víctor

Al perrucho redactor le simpatiza el comediante Andrea Zanetti y tiene una especial predilección por la rutina donde recuerda los años ochenta(http://bit.ly/2xC5Xcz).

En ella, el comediante de nula cabellera habla sobre el gusto por las colecciones personales que los jóvenes de aquel entonces (y de varios años después) elaboraban con música de diferentes discos y de variados artistas. Dichas grabaciones, recordarán algunos, se hacían siempre en casete.

El comediante recuerda cómo las colecciones particulares de aquel entonces se hacían por temas y así cada quien tenía su álbum personal de “música para bailar”, “rock”, “rock en español”, “pop en español” y por supuesto que no podía faltar el clásico casete con el rotulo “baladas en español”, con su correspondiente lado “b” de “baladas en inglés”. Zanetti las denomina “calmaditas en español y calmaditas en inglés”.

En algún momento de su perra vida, el tecleador se vio en la necesidad de grabar una de estas colecciones para definir el futuro de su vida. (¡Ay güey!) Bueno quizá no tanto, pero si para regalarlo con la intención de motivar una decisión. 

El can admira y respeta a todas aquellas parejas que nunca en su historia han tenido un conflicto, aquellas cuya toda su existencia ha sido tersa y en la cual ninguno de los dos ha dado motivo para ninguna clase de reclamo o reproche. La perruna historia del opinador no ha sido así. (Bueno ahorita ya es así, pero su origen fue el caos mismo).

Omitirá el perro entrar en mayores detalles porque la historia referida no es exclusiva de quien redacta. Pertenece a dos personas. Señalará sólo que la selección incluía canciones de Los Amantes de Lola (y no, no era “Beber de tu sangre”), Alex Syntek, Rostros Ocultos, Mecano, Sergio Arau y los Mismísimos Ángeles, además de Los Rodríguez y la banda a la cual se referirá la columna de este punto en adelante: Seru Giran. 

Los no iniciados desconocerán que en esta banda argentina militaba nada más y nada menos que un tal Charlie García y quien en ella pudo externar todo su enorme talento como compositor e intérprete.

A quien conozca algunas de las anécdotas del compositor de bigote bicolor no le debe de extrañar que la banda no sobreviviera. Charlie García incluso ha roto con Charlie García en diferentes ocasiones.

Además de Charly (voz, teclados), Seru Giran estaba integrado por David Lebón (voz, guitarras), Pedro Aznar (bajo, teclados, voz) y Oscar Moro (batería). Aún hasta nuestros días está considerado como uno de los mejores grupos de rock de su país.

El disco a comentar es Seru 92 (Columbia 1992), el cual tiene una duración de menos de 50 minutos distribuidos en once perfectas canciones. 

El lado A abre con la pieza instrumental Queen Elizabeth y en este punto recuerda el perrillo de aguas una charla que hace algún tiempo sostuvo con uno de sus editores. Trataban de determinar por qué será que los rockeros argentinos poseen una preparación musical superior a la de las estrellas de nuestro “rockcito nacional”, tal como los denomina Hugo García Michel. 

La cerveza se terminó y los afanados aspirantes a analistas de la cultura popular (ajá) no pudieron llegar a alguna conclusión definitiva. Lo cierto es que admitieron que resulta evidente que, por lo menos durante algunos años —la etapa correspondiente a la infancia de compositores como el propio Charlie, Gustavo Cerati, Miguel Mateos, Andrés Calamaro o Fito Paez— la educación literaria debió haber sido muy superior a la que recibían los niños contemporáneos en México. Las canciones de los mencionados artistas revelan una amplia serie de referentes culturales, índices de una mejor preparación literaria que la de sus colegas mexicanos.    

Para muestra el primer botón: la segunda canción del álbum, “Mundo agradable”.

Quiero despertar en un mundo agradable 

quiero darme libertad 

ya no quiero dar lo que no tiene sentido 

sólo quiero aquí estar. 

Todas las personas pueden mejorar 

todos los caminos pueden ayudar 

Si estás así, si lo deseás. (Cantan en argentino).

Este es mi sueño y el de muchos más 

ésta es mi casa donde quiero estar 

calmar mi sed, viajar en paz. 

Necesito darme un espacio en el tiempo 

ser muy claro al hablar 

sin informaciones que castiguen mi centro 

sólo quiero alcanzar. 

Le siguen “No puedo dejar” y “Ese tren”, que anteceden a “A cada hombre a cada mujer” cuya letra dice así:

Yo canto para alcanzarte 

atravesando todo el azul 

Yo canto para mostrarte que sangro igual que vos 

y está oscuro en esta cárcel 

que soy desde que tengo memoria 

y está ciega mi mirada 

sin tu luz. 

Yo canto para abrazarte 

porque encenderte ya no me basta 

yo canto para librarme 

de las cadenas negras de ideas y palabras 

que trazan una línea en el agua 

dividiendo lo indivisible 

vos y yo. 

Uno y uno y 

uno en uno y 

uno a uno y 

todo en uno en mí. 

Uno y uno y 

uno en uno y 

uno a uno y 

todo en uno en ti. 

Yo canto para escucharte 

porque tu voz es la melodía 

canto para nombrarte 

en incontables nombres y rostros y señales, 

la gota de agua, el pan, los trigales, 

reflejando cada espiga 

todo el sol. 

reflejando cada espiga 

todo el sol. 

reflejando cada espiga 

todo el sol.

Le encantaría al can encontrar alguna equivalencia de esta canción en las rolitas del rock nacional. ¿Habrá? Lo más próximo sería, no sé, ¿algo de Jaime López?, ¿algo de José Elorza?

Seru 92 mantiene su nivel y no disminuye, por el contrario, hasta en temas “triviales”, el disco brilla por el tratamiento que sus intérpretes les dan. “Nos veremos otra vez” es la prueba. 

Aunque te abraces a la luna 

aunque te acuestes con el sol. 

No hay más estrellas que las que dejes brillar 

tendrá el cielo tu color. 

No estés sola en esta lluvia 

no te entregues ¡por favor! 

Si debes ser fuerte en estos tiempos 

para resistir la decepción 

y quedar abierto, mente y alma, 

yo estoy con vos. 

Si te hace falta quien te trate con amor 

si no tenés a quien brindar tu corazón 

si todo vuelve cuando más lo precisás

nos veremos otra vez. 

Y aquí el perrucho debe hacer una pausa para tratar de sacarse las basuritas que sorpresivamente le han caído —quién sabe de dónde— en ambos ojos.

Que mejor cierre de un disco perfecto que una canción perfecta como “Muévete al hablar”, ideal para…bueno, que cada quien decida en que momento le gustaría escuchar algo como esto:

No importan las palabras 

muévete al hablar 

Quien escribe diccionarios 

no esta aquí para explicar 

que mierda es el amor 

ni porqué estas aquí. 

No es mi mente ni mi alma 

no es llorar ni sonreír

déjame penetrar 

porque cuando te vi comencé a olvidar. 

Si hay que pedir perdón te voy a perdonar 

ya no importan las excusas 

ya no importa el qué dirán. 

Déjame penetrar. 

Yo conozco tu mirada 

yo sé cuando mentís

déjame penetrar 

porque cuando te vi comencé a olvidar. 

Y cuando salga el sol 

en ésta soledad sentiré que nada alcanza 

sentiré que no hay piedad 

¿Porqué todo es así? 

¿Qué es lo que hiciste en mí? 

Ojalá y estas líneas hayan despertado por lo menos la curiosidad del lector o el deseo por recordar o conocer a este talentoso grupo argentino. El álbum completo en: http://bit.ly/2vwoIRi.  

PD:

La recopilación del can incluía “Muévete…” (Por si alguien estaba con la duda).