El Perrito de Víctor Opinión

SOUNTRACK 12. El danzón políticamente incorrecto de Mariano Mercerón

Por: El Perrito de Víctor

Sólo para demostrar que la sabiduría popular no es tan sabia, el perro redactor decidió, un buen día,probar que can viejo sí aprende trucos nuevos…todo es cosa de que le tengan paciencia, mucha, altas dosis de paciencia.

Al can y a su entrenadora los une su gusto por la música: oírla, cantarla y cuando se puede también bailarla. 

Sin embargo, no fueron pocas las ocasiones en que, al menos en público, la pareja de entrenadora y mascota se tuvieron que abstener de “pulir la duela” debido a la falta de pericia del ya muy domesticado animal.

El gusto de la pareja por los ritmos cubano-africanos es alto y así fue que más pronto que tarde, tuvo que comenzar el proceso de entrenamiento para aprender lo más rudimentario del arte de mover el cuerpo al ritmo de timbales, bongoes, tumbadoras además de güiros y maracas.

Jura la dueña de las vigías del perrucho que existe una gran diferencia entre danzón y chachachá. El redactor intuye que tal diferencia sólo es cosa de velocidad. Comprende, eso sí, que entre danzón y mambo hay un mundo de diferencia, pero por favor no le pregunten más.

Y pues en una tarde de fin de semana y luego de varios litros de cerveza y algo de tequila y ron, ahí tienen al redactor siguiendo un imaginario diagrama de pasos en el piso, tratando de acatar una precisasecuencia de pisadas numeradas que —cosa curiosa— no iba más allá del uno-dos-tres, pero con gracia y sobre todo “sabor”. El sabor que proporciona el mantener el cuerpo unido al de la pareja mientras se sigue la cadenciosa melodía. Una delicia. 

Justo en ese momento por fin comprendió el can el secreto del inmenso éxito de este ritmo.

Entre las múltiples herencias del afortunado Perrito redactor se encuentra el álbum “el feo que toca sabroso!!” (sic) del inmortal Mariano Mercerón.

Por cualquier lado que se le vea, el disco en mención resulta una pesadilla para lo políticamente correcto. Sería completamente inaceptable que se publicara el día de hoy…o por lo menos que se publicara con las características originales de su funda y parte de su contenido.

Comencemos por el nombre: ¿Cómo que “el feo” que toca sabroso?, ¿es albur? ¿El nombre del disco fue concebido por sus diseñadores así?, ¿que resultara picarón? Y desde el punto de vista ortográfico, ¿dónde está el signo de admiración de apertura en la frase que sí se cierra con tal grafía y hasta doble? 

Luego, e insistimos, ¿cómo que “feo”? ¿Qué diría la Conapred?, ¿el hecho de que el señor Mercerón sea negro, (perdón y corrijo: afrocubano), impide que se le pueda considerar bello?

Sigue la foto. La enorme imagen muestra al clarinetista-saxofonista rodeado por los integrantes de su orquesta. Y ahí va el detalle políticamente inaceptable por el canón de lo decente en el siglo XXI: en medio del grupo destaca una bailarina “rumbera”, con una especie de coqueto traje de baño de dos piezas en color verde olivo. La mujer está de espalda aunque con la cabeza hacia su lado derecho de tal manera que puede ver al señor Mercerón viéndole los glúteos con cara de ¿picardía?, no más bien con morbo. 

Y sin embargo ella sonríe. ¿Qué podemos entender de tal escena? Que a ella le encanta ser objeto de admiración, blanco del deseo de uno de los semidioses del danzón. (Creo que es buen momento para pasarles las sales a las lectoras feministas, si las hay, que hayan leído hasta este lugar la columna y hayan perdido el sentido ante tanta barbaridadmachista, falocentrista y perpetuadora del patriarcado).

Sobre el contenido. 

El álbum “el feo que toca sabroso” (sí, todo en minúsculas), está integrado por diez canciones de las cuales sólo dos son de la completa autoría de don Mariano: “La Margarita” y “Me gustas”, primera y última piezas de la grabación. La cara B comienza con “La florecita”, música autoría de Sidney y letra de Mercerón cuya parte de clarinete tiene un aire melancólico que contrasta con el tono festivo que se persigue en el resto del álbum.

De escándalo resulta “Ven y ven y ven”, de Taglen, Romero y Mercerón. Vea porque. La mayor parte de la canción es música para bailar y sólo hay una pequeña parte de letra:

“Ven y ven y ven

chamaca vente conmigo 

no quiero para pegarte

ya sabe pa’lo que digo”.

Lo dicho. Una letra para infartar a cualquier activista antifeminicidio.

Mariano Mercerón “el feo que toca sabroso” es una grabación de Discos Camden, una empresa de RCA VICTOR (¡guau!, ladra el Perrito redactor) y su número de clasificación es: Monoaural CAM-360.  Disponible para disfrutarse completito acompañado de un mojito en: http://bit.ly/2gc0EMD.

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