El Perrito de Víctor Opinión

SOUNDTRACK 29. La banda sonora del festejo familiar canino

Por: El Perrito de Víctor

El Can viene de una familia de tradiciones algunas de las cuales estaban muy arraigadas. Varias de ellas se relacionaban con los festejos decembrinos.

Por ejemplo, hubo una época en que la fiesta del 24 de diciembre se extendía hasta la madrugada del día 27 y la explicación es más o menos la siguiente: la fiesta comenzaba en la noche del 24 con la cena de familia (extendida) y proseguía hasta el 25 con el llamado recalentado y la infaltable “cura” que se convertía, con el paso de las horas, nuevamente en borrachera. Luego el 26 era cumpleaños de una tía y pues había que irle a cantar Las Mañanitas, cosa que hacían sólo los que aún estaban en condiciones… de caminar y más o menos de cantar.

Hace ya algunos años el Perro redactor tuvo oportunidad de asistir a una Posada tradicional, con rezos y cantos de villancicos mexicanos, además de velitas, luces de bengala y por supuesto piñata y bolsita de dulces.

Sobra decir que aquello estuvo lleno de pequeños. Las nuevas generaciones que vienen a continuar la familia.

Un aspecto que llamó la atención del Perrucho desactualizado fue la amplia variedad de música navideña que existe sobre todo para los más peques. Las opciones abarcan una amplia gama de géneros e intérpretes, desde el tradicional “Burrito sabanero” hasta canciones tipo Tucanes de Tijuana, pero con letras referentes al gordito Santa Claus.

Una tradición familiar de los ancestros del Canino era la de comenzar la fiesta del día 24 con un disco en particular: “Feliz Navidad para usted”, de discos Imperial (IMP 30.033).

La grabación es una rareza de cierta manera porque no se informa por ningún lado quiénes realizaron la grabación. Sólo se menciona que participan orquesta, órgano, campanas y un coro.

Hay una especie de presentación donde algún muy mal redactor contratado por la disquera señala que se trata de un regalo para las familias de todos los países y de todas las creencias en una época muy especial: la Navidad.

La grabación contiene doce temas. Seis por cada lado. La primera es “Adeste fideles” que se le atribuye a Gruber y cuenta para la grabación con un arreglo de Gaya. La traducción al español del título es “Vengan fieles” y de acuerdo a esa maravilla tecnológica llamada Wikipedia, el Perro supo que se trata de “un himno usado en la bendición durante la Navidad en Francia, España, Portugal e Inglaterra desde fines del siglo XVIII”.

Señala esta enciclopedia en línea que se cantaba en la misión portuguesa en Londres en 1797, por lo que todavía hoy es llamado en muchos países «El himno portugués».

Viene luego una pieza mucho más conocida: “Jingle Bells”. Aunque en los créditos sólo se menciona que el arreglo es de ese misterioso personaje llamado Gaya, se sabe que la canción es original de James Pierpont, un compositor que nació en Boston, Massachusetts el 25 de abril de 1822 y murió en Winter Haven, Florida el 5 de agosto de 1893.

Pierpont fue un compositor, arreglista y organista estadounidense que compuso la famosa canción navideña en 1857 aunque originalmente la tituló “The One Horse Open Sleigh”.

El tercer tema es “White Christmas”, original de Irving Berlin. Según el Libro Guinness de los Récords, la versión de esta canción cantada por Bing Crosby es el sencillo más vendido de todos los tiempos, con ventas estimadas en más de 50 millones de copias en todo el mundo.

Se dice que la letra varía de cuando en cuando, dependiendo del intérprete. Dice la historia que el autor la escribió en 1940, al lado de la piscina del hotel Biltmore de Phoenix, Arizona,  junto con su secretaria.

El cuarto tema es “Nació Jesús” de René Bittencourt. Ni de la canción ni el autor pudo el limitado Perrucho redactor conseguir mayor información, pero también se trata de una canción muy tradicional de la temporada.

Viene después “Ángeles cantan en el cielo” cuyo arreglo se lo atribuyen a Gaya y Aloisio Oliveira y cierra el lado A del disco con “Navidad de los niños”, otras piezas poco conocidas.

El lado B abre con “Jesús alegría de los hombres” de Johann Sebastian Bach. Sin lugar a dudas se trata del momento más imponente de la grabación. La pieza llamada originalmente “Jesus bleibet meine Freude”, es el décimo movimiento de la cantata Herz und Mund und Tat und Leben, BWV 147 y la cual escribió el talentoso compositor durante su primer año en Leipzig, Alemania.

La pieza fue escrita para un coro de cuatro voces —tenor, soprano, contralto y bajo— y orquesta. Aunque en la grabación en mención participa un gran coro de niños.

Viene “Noche de paz”, tal vez una de las canciones más icónicas de la temporada y la cual fue compuesta por el maestro de escuela y organista austriaco Franz Xaver Gruber, aunque la letra es obra del sacerdote austriaco Joseph Mohr.

La canción fue interpretada por primera vez el 24 de diciembre de 1818 en la iglesia de San Nicolás (Nikolauskirche) de Oberndorf, Austria. La letra había sido compuesta desde 1816 por Mohr en la parroquia de Santa María (Mariapfarr), pero no fue sino hasta la víspera de Navidad de 1818, cuando se la llevó a Gruber para pedirle que le hiciera una composición musical, un acompañamiento simple de guitarra para poder interpretarla en el servicio de la iglesia.​

Hay una bella historia alrededor de la sencillez de la pieza. De acuerdo a la “Sociedad Noche de Paz” de España, una de las versiones es que el órgano de la iglesia de Mohr se había descompuesto y por ello el sacerdote le pidió a Gruber que compusiera la música para ser interpretada por el coro con el humilde acompañamiento de una guitarra.

Aunque la historia es bella, el historiador Manuel Expósito dice que la primera mención del órgano averiado apareció en un libro publicado en Estados Unidos hasta casi un siglo después, en 1909. Lo verdaderamente histórico es que en la primera ocasión que se escuchó la canción fue efectivamente acompañada sólo por una guitarra.

Viene luego “Primera Navidad”, pieza cuya música tal vez sea la más repetida en las series de luces con sonido que se comercializan actualmente en el mercado. “La Primera Navidad” es un villancico navideño inglés tradicional que proviene —muy probablemente— del siglo XVII, aunque también es posible que sea anterior, incluso del siglo XIII.​

Su forma actual se le atribuye a Cornualles quien la publicó por primera vez en Carols Ancient and Modern (1823) y en Gilbert and Sandys Carols (1833).

Actualmente el villancico se interpreta a cuatro voces, siguiendo el arreglo del compositor inglés John Stainer.

Las últimas piezas del disco son “Árbol de Navidad”, “El pueblito de Belén”, y “Fue en una noche clara”.

Lamenta el Can que el disco contenga tan poca información sobre las personas que participaron en su elaboración. Supone el redactor que se trataba de un material promocional de alguna campaña publicitaria o algo similar ya que nadie en su familia recuerda haberlo comprado o por lo menos haberlo recibido de obsequio en algún establecimiento comercial.

Lo cierto es que la reproducción del acetato, un solo día al año, una sola vez, le daba a la celebración su tono especial. El Perro sabía entonces, en ese preciso momento, que estaba en su hogar, con su familia, con sus padres y que simplemente era feliz.

Sólo hasta el momento de redactar este texto, el Can despistado se da cuenta que no tiene un ritual similar para su propia manada y piensa que es un buen momento (mejor ahora que nunca) de instaurarlo, pero ¿con qué?, ¿qué música tiene la calidad necesaria como para volverse entrañable, única e irrepetible?

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