La capacitación trató sobre la transversalidad de la perspectiva de género en los planes de trabajo de las direcciones municipales
Con el objetivo de transversalizar la perspectiva de género en los planes y trabajos de todas las dependencias del Gobierno de la Capital, encabezado por Enrique Galindo Ceballos, la Instancia de las Mujeres del Municipio capacitó a funcionarias y funcionarios de la Dirección de Desarrollo Económico, para fortalecer las capacidades que permitan la incorporación de perspectiva de género.
La directora de la Instancia de las Mujeres, Guadalupe Almaguer Pardo, explicó que la planeación con perspectiva de género implica cumplir con las obligaciones y responsabilidades que tienen las dependencias gubernamentales, con lo que establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que permite a las mujeres vivir de una manera digna.
Por su parte, el área encargada de la capacitación destacó la importancia de identificar cuáles son las problemáticas que más afectan a las mujeres por su condición de género como: dedican más horas a las labores de cuidado y domésticas, tienen menor acceso a recursos productivos, son discriminadas para ocupar puestos de liderazgo y con mayor salario, además, las atraviesa el desconocimiento de los funcionarios en puestos de toma de decisiones en cuanto a temas de derechos de las mujeres.
Una de las herramientas que se pueden aplicar para la medición de los planes y proyectos de trabajo son las preguntas detonadoras, que brindan un panorama claro sobre la perspectiva de género, dentro de las que se encuentran: ¿La problemática analizada se presenta de manera diferenciada entre hombres y mujeres? ¿Afecta más a las mujeres? ¿Se identifican las causas que están detrás de esas asimetrías? ¿A cuántas mujeres y cuántos hombres afecta el problema? ¿Qué desigualdad se identifica en la problemática? ¿Se identifican las brechas de género?
Durante esta capacitación se reconoció que analizar alguna situación desde la perspectiva de género permite entender que la vida de las mujeres y hombres puede modificarse en la medida en la que no está “naturalmente” determinada y va en función de sus necesidades reales.