
La Oficialía Mayor del Gobierno del Estado arrancó 2025 gastando en grande. El 2 de enero firmó un contrato por casi 21 millones de pesos con la empresa Medwag México, para surtir combustible y aditivos a los camiones de MetroRed durante seis meses. Hasta ahí, todo parece normal… salvo por un “pequeño” detalle: la empresa fue elegida sin licitación pública, a pesar de que el monto rebasa los límites legales.
El contrato DGA-CAASPE-co01-AD-001-25 fue firmado el mismo día que lo solicitó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encabezada por Araceli Martínez Acosta, y autorizado de inmediato por el Comité de Adquisiciones del Ejecutivo Estatal, quien determinó que se adjudicara de manera directa. Es decir, sin competencia, sin transparencia y sin que se consultaran otras opciones.


El documento establece que, a cambio de 20 millones 999 mil 999.88 pesos, la empresa debe surtir diésel y aditivos a 60 unidades BRT de MetroRed, de enero a junio. Todo con un sistema integral de control y geolocalización… o eso se promete.
Pero esto no es nuevo. Medwag México se ha convertido en el surtidor favorito del Gobierno estatal, acumulando desde mayo de 2024 al menos cinco contratos por un total de más de 43 millones 845 mil pesos, solo para combustible y aditivos de MetroRed. Tres de esos contratos también fueron adjudicados directamente.


Y eso no es todo: también ha surtido diésel y lubricantes a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, y hasta le vendió combustible a la Comisión Estatal de Atención a Víctimas. En total, más de 44.6 millones de pesos en menos de 14 meses.
¿La cereza del pastel? Medwag, la empresa que ahora alimenta a MetroRed, ni siquiera tenía como giro principal el suministro de combustible. En años recientes se registraba como desarrolladora de software, arrendadora de autos, vendedora de motos, teléfonos, y hasta prestadora de servicios de telecomunicaciones. Un*todólogo del sector público, al parecer.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando mejoras en el transporte público, claridad en los contratos gubernamentales y un poco de respeto por las reglas de transparencia. Pero parece que en este gobierno, si tienes el nombre correcto y el contacto adecuado, puedes vender lo que sea… incluso gasolina, aunque antes hayas vendido software.

