Este viernes 23 de agosto, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, acompañado de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo Cardona, cortarán el listón de la esperada carretera Valles-Tamazunchale. Sí, esa misma que comenzó a construirse en abril de 2018. ¡Seis añitos después y voilà! Una promesa de campaña cumplida, lo que ya es digno de una medalla de oro en la categoría de promesas electorales realizadas.
La obra, que ha sido anunciada con bombos y platillos desde el principio de la administración de AMLO, finalmente verá la luz del día. Aunque, claro, lo que realmente llama la atención es que esta infraestructura será una de las pocas que sí se cumplieron en tiempo de un sexenio donde las promesas parecen tener la costumbre de quedarse a medio camino. Literalmente.
Ricardo Gallardo, por su parte, no se queda atrás en su agenda preinaugural. Desde este jueves 22 de agosto, inició una gira por la región Huasteca para entregar caminos en municipios como Huichihuayán y San Vicente, demostrando que él sí sabe cómo llenar una agenda. Hasta decidió pernoctar en la zona, en lo que podemos imaginar fue una noche de hotel modesto pero con mucho cariño potosino, para estar fresquito y listo el viernes y recibir a los “presidentes” con toda la pompa.
Pero no todo es pavimento y tijeras gigantes. Mientras las autoridades celebran su labor cumplida (aunque con un poquito de retraso), en el Poder Judicial de la Federación se cuecen otras habas. Este mismo jueves comenzó un paro de labores en San Luis Potosí en protesta contra la famosa Reforma Judicial, una movida que el gobernador Gallardo prefiere observar desde la barrera. Con una calma digna de un monje zen, Gallardo declaró que respeta la “diferencia de opiniones” y que, afortunadamente para él, su administración no tiene ningún juicio pendiente en la instancia federal.
Por supuesto, fiel al guion, Gallardo expresó su apoyo total a la Reforma Judicial, subrayando que ya es hora de que la ciudadanía elija a sus jueces y magistrados. Porque, según él, no hay mejor idea que dejar en manos del pueblo la elección de quienes impartirán justicia en el país. ¿Qué podría salir mal?
En fin, entre inauguraciones, paros y reformas, la política mexicana sigue demostrando su capacidad para sorprendernos a todos. O no.